martes, 14 de agosto de 2012

AMIGO, COMPAÑERO DE LUCHA, VIVIRÁS POR LOS TIEMPOS DE NUESTRA PATRIA.



Un personaje memorable y carismático. Un abogado, periodista y humorista recordado por burlarse de la política.

El 13 de Agosto de 1999, a las cinco y media de la mañana, Jaime Garzón iba rumbo a su programa emitido desde la emisora Radionet. Sorpresivamente un par de sicarios, que se movilizaban en moto, le propinaron cinco tiros en la cabeza, quitándole la vida al vigilante del edificio Colombia, a Godofredo Cínico Caspa, al lustrabotas Heriberto de la Calle, a la presentadora del programa ¡Quac! El noticiero…. Quitándole la vida a Jaime Eduardo Garzón Forero.

El 14 de agosto de 1999, un día después de su asesinato, un mar de gente se movilizaba junto al cuerpo de Jaime Garzón desde la Plaza de Bolívar hasta el cementerio. Con profundo dolor, todos se unieron una sola voz que rechazó su muerte.


Jaime había sido declarado blanco militar por parte del entonces jefe máximo de las autodefensas, Carlos Castaño, quien fue sindicado como el autor intelectual del asesinato en el año 2004, y recibió una condena de 38 años de prisión. No pagó ni un sólo día de esa condena.

Nadie pagando por su crimen, Colombia le debe una respuesta a su familia, la respuesta a la pregunta ¿Quién mató a Jaime Garzón?

"en una especie de inocente y despistado trovador guerrillero. Una noche, viendo televisión en un cambuche en compañía de Jaime empezó a cantar "abuelito dime tú...". El jefe guerrillero se quedó mirándolo y le dijo: "...lo que pasa con usted es que se cree la niña de los montes". Desde ese instante su nombre de combate fue Heidi. Nunca participó en operaciones militares y la misión más importante que cumplió fue cuidar el dinero del grupo. La plata estaba enterrada y su trabajo consistía en sacarla a asolear dos veces al día para evitar que los billetes se pudrieran por la humedad. Durante esas semanas en el monte entendió que el asunto no se resolvía echando plomo. Después de cuatro meses se retiró de la guerrilla, dejó claros sus motivos y regresó a su casa, en el corazón de su Bogotá.

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