viernes, 17 de agosto de 2012

CI vs CE


Una Joven personera del Liceo Navarra, Grado 11 , https://twitter.com/__mariasilva, por si quieren seguirla,PUBLICA ESTE MUY BUEN ENSAYO.
¿Tiene sentido éste enfrentamiento?

Seguramente identificas con facilidad que las siglas CI hacen referencia al coeficiente intelectual, debido a que tanto el modelo tradicional educativo y la sociedad le han dado mucha importancia al mismo, a las competencias cuantitativas de las personas, dejando a un lado las competencias emocionales; enfocándose así solamente en las notas o en las habilidades académicas y olvidando capacidades con igual importancia, el segundo integrante de éste enfrentamiento: CE, nuestro coeficiente emocional. 
             
La educación tradicional promovió la clasificación de los estudiantes, dando lugar así a la discriminación de los mismos. Se incentivaron las competencias, entendiendo competencia de una manera “no sana”, se priorizaron las capacidades cuantitativas de las personas sobre las capacidades cualitativas, se le empezó a dar más importancia al resultado que al proceso, se empezó a valorar solamente al que ocupara el puesto número uno, al mejor, al sobresaliente; creando así prejuicios e ideas erróneas de lo que en sí era tener una formación integral, pues los estudiantes que se destacaban, al momento de perder algo en su vida se sentirían frustrados, y los que no estaban dentro de los mejores estudiantes, creerían que no eran capaces de hacer algo bueno. Sumada a dicha segregación estudiantil, se crearon pruebas para “medir” la inteligencia del alumnado, creyendo así que una cifra puede indicar las capacidades de un ser humano. Aquí aparece el famoso CI, que además de la errada identidad que da a las personas, las clasifica de acuerdo con su puntuación en: inteligencia normal, inteligencia superior o inteligencia inferior; así que si no estamos en el rango que el CI determina como inteligencia normal, tenemos el riesgo de ser retardados, o excepcionales. Pensemos qué pasaría si en el momento de presentar un TEST CI o el ICFES, estamos enfermos, indispuestos o desconcentrados; entonces, ¿podríamos tener un retardo mental? Aquí está el problema, en que estas pruebas son una fuente de información, son un posible indicativo de las capacidades de las personas, pero no garantiza lo que en sí es esa persona, no es la única fuente informativa. 

Entonces, ¿cómo llegamos a esa formación integral? Pensando también en otros potenciales que tenemos los seres humanos y que lastimosamente, se olvidan la mayoría de veces. Tenemos la capacidad de equivocarnos y aprender de nuestros errores, de seguir el ejemplo de nuestros padres o modelos, de demostrar que también pesan los valores aprendidos y de saber que el proceso es igual de importante al resultado. 

Pensemos en la importancia de tener un equilibrio en el ámbito profesional, en saber complementar nuestras capacidades académicas con las emocionales, en saber liderar a nuestra empresa o en saber dirigirnos a nuestros compañeros de trabajo, en manejar nuestras emociones y saber qué se debe decir y qué no, en adaptarnos con facilidad y tolerancia a los cambios, en conocer nuestras debilidades y las de nuestro grupo de trabajo; en fin, son muchas las ganancias obtenidas si entendemos que no somos seres humanos completos, que no estamos divididos en pedacitos, unos que tienen un CI alto pero la inteligencia emocional no está desarrollada; somos seres que nos complementamos de la una y de la otra, que saben realizar un buen proceso para tener un buen resultado, somos seres que tenemos la capacidad de aprender y mejorar nuestras capacidades académicas y también de mejorar las relaciones intrapersonales e interpersonales; no somos seres que saben, no somos seres que son, somos seres que saben ser

Maria Paula Silva Hernandez

No hay comentarios:

Publicar un comentario